Turquía y las milicias kurdosirias se acusan mutuamente de la violación de la tregua de cinco días que Ankara pactó con Washington. Naciones Unidas calcula que 166.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en los últimos siete días.
PUBLICIDADAlto el fuego sobre el papel. Sobre el terreno, tanto Turquía como las milicias kurdosirias se acusan mutuamente de la violación de la tregua en el norte de Siria.
El ministerio de Defensa turco ha contabilizado catorce ataques de las milicias contra su territorio. No obstante, tanto Washington como la Alianza Atlántica, organización a la que pertenece Turquía, todavía confían.
"He manifestado mi profunda preocupación por el peligro que supone una escalada de la situación, por el mayor sufrimiento humano y también por el aumento de los flujos de migrantes y refugiados", señaló el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Los ataques de la aviación turca que continuaron el viernes, provocaron al menos catorce muertos. Y no sólo eso, Naciones Unidas calcula que 166.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en la última semana.
"El alto el fuego es intangible. Probablemente nunca será una realidad. No tenemos esperanza alguna de que esto suceda. Hemos oído hablar mucho al presidente Trump, pero todo en vano. Los aviones continúan atacando y destruyendo el país", explica un desplazado kurdosirio.
Es uno de los 1.600 refugiados que han sido trasladados al campo de Bardarash, en territorio iraquí, situado a unos 150 kilómetros de la frontera siria.
Turquía que sigue negando la violación del acuerdo con Estados Unidos reconoce que sus soldados no abandonarán la zona hasta la retirada de las milicias kurdosirias.