El único contacto que tienen con el exterior es a través de sus teléfonos móviles, hablamos con Pedro Morilla y Oliver cuadrado sobre su día a día en cuarentena.
PUBLICIDADImaginen un pasillo de hospital, aséptico y frío. Un pasillo con 30 habitaciones donde conviven 21 españoles evacuados del epicentro del coronavirus. Es su quinto día en cuarentena y la euforia inicial –o el subidón, como lo llama Pedro Morilla- se desvanece poco a poco a medida que avanzan los días en aislamiento.
Ahora imaginen una habitación de hospital, tiene todo lo que tendría una habitación normal, ventanas incluidas. Pero al asomarse para tomar el aire y mirar hacia la calle ven en la acera decenas de periodistas, agolpados, siguiendo el día a día de las personas que se encuentran dentro, como en una especie de reality.
En la planta 17 del Hospital Gómez Ulla, cada día se parece al anterior, algo que puede acabar con el ánimo de cualquiera. Aún así, la veintena de españoles consiguen mantenerlo, con noticias como la que recibieron ayer por la tarde. Tras una prueba que realizaron los médicos del hospital, sacando muestras de la garganta, los resultados dieron negativo. Ninguno de ellos está infectado por el coronavirus.
A pesar de ello, lo más probable es que tengan que cumplir los días que les quedan de cuarentena, ya que fue una de las condiciones que estipuló el Gobierno chino para permitir la evacuación del grupo.
Por ahora, el único contacto que tienen con el exterior es a través de sus teléfonos móviles. Euronews recrea la conversación que mantiene con dos de los españoles, Pedro Morilla y Oliver Cuadrado, ambos entrenadores del equipo de fútbol Wuhan Shangwen Three Towns.