Europa recupera poco a poco el pulso vital pese a las restricciones impuestas por el coronavirus. Es la denominada 'nueva normalidad', una adaptación de las costumbres cotidianas a la anomalía de convivir con el virus activo.
PUBLICIDADBienvenidos a la ‘nueva normalidad'.
Europa recupera poco a poco la vida encerrada durante semanas entre las paredes del confinamiento.
En Suiza, por ejemplo, han abierto tanto las floristerías como las peluquerías. La distancia social es obligatoria y elementos como las mascarillas, los guantes, o el gel desinfectante forman parte del paisaje urbano.
En Noruega, después de seis semanas sin clase, los niños de entre seis y diez años han vuelto al colegio. "Es fantástico y divertido, ya estoy esperando la hora del recreo", comenta una de las alumnas.
Todos se lavan las manos al entrar y al salir. Además siempre queda un pupitre vacío entre los alumnos.
En la República Checa, algunos comercios con una superficie máxima de 2.500 metros cuadrados como las tiendas de ropa o las librerías, también han abierto sus puertas.
"Pienso que la vuelta a la normalidad no llegará hasta que se vuelvan a abrir las fronteras y regresen los turistas como lo solían hacer, que nos conocían, que venían a comprar, hasta que estos turistas vuelvan sin tener miedo al coronavirus", explica la propietaria de la tradicional tienda Dana Bohemia de Praga, Dagmar Hnilickova.
En los gimnasios no está permitido ni utilizar los vestuarios ni las duchas.
En Bulgaria, se puede salir a correr pero siempre con mascarilla, utilizando las zonas de paso habilitadas y manteniendo una distancia física entre personas de dos metros y medio.