Pendientes de los vaivenes de la pandemia
PUBLICIDADLas vidas de millones de europeos siguen siendo rehenes de los vaivenes de la pandemia. Francia vive este fin de semana las jornadas del Patrimonio, días de visitas a monumentos y edificios históricos, como el palacio del Elíseo, sede la Presidencia.
La afluencia fue menor que en otros años, pero aún así se pudieron ver largas colas de visitantes con mascarilla haciendo esfuerzos por mantener las consignas de la distancia social.
Esta aparente normalidad tuvo un sombrío telón de fondo: las autoridades sanitarias sumaron casi 13.500 nuevos positivos por COVID-19, un récord desde que se declaró la pandemia. También sumaron 26 nuevos fallecidos, lo que eleva el número oficial de muertos por COVID-19 a 31.274 y el de casos confirmados a 442.194. Todo apunta a que se avecinan semanas duras para el conjunto de la población. Los enfermos de COVID-19 ocupan ya dos de cada diez camas en las unidades de cuidados intensivos de la región de París.
Las perspectivas tampoco son halagüeñas al otro lado del Canal de la Mancha. Seis meses después de que la pandemia apagara la música y las luces en miles de locales de ocio nocturno, nadie sabe cuándo volverán a abrir en Gran Bretaña, que el sábado sumó 4.422 nuevos casos positivos, la mayor cantidad diaria desde el pasado mes de mayo. Un segundo confinamiento (nacional, local o sectorial) en el país europeo con más muertes oficiales por COVID-19 (41.759) puede ser inminente. El número total de contagios desde que se declaró la pandemia se eleva a 390.358. Desde la comunidad médica y científica, se urge al Ejecutivo a que adopte medidas restrictivas adicionales para paliar las consecuencias de la segunda ola.
En Madrid, los confinamientos son una realidad que va por barrios. Cinco zonas de la capital de España han impuesto nuevas restricciones a la movilidad tras dispararse el número de contagios. El Ayuntamiento, que está siendo muy cuestionado por su gestión de la crisis, ha reforzado la presencia policial en estos distritos.
Las nuevas medidas, que entran en vigor este lunes 21 de septiembre, han puesto de manifiesto las desigualdades sociales existentes en Madrid y afectarán a cerca de un millón de personas, la abrumadora mayoría residentes de los barrios del sur, de clases populares.