Tres leyendas en una sola noche. La Filarmónica de Viena toca bajo la batuta de Riccardo Muti en La Scala. La orquesta vienesa, cuya sede suele ser el Musikverein, donde se celebra el concierto de Año Nuevo, posee una larga tradición de tocar en el templo de la música de Milán.
Tres leyendas en una sola noche. La Orquesta Filarmónica de Viena toca bajo la batuta de Riccardo Muti en La Scala. La orquesta vienesa, cuya sede suele ser el Musikverein, donde se celebra el concierto de Año Nuevo, posee una larga tradición de tocar en el templo de la música de Milán.
"Efectivamente, puedo sentirlo. Llevamos a La Scala nuestra forma de tocar en el Musikverein. Y así es como la Scala se convierte en el Musikverein. Solamente tengo buenos recuerdos de haber tocado aquí. Una magnífica sala de ópera, un santuario de la cultura. Se puede sentir. Cuando entras, solamente con echar un vistazo a la sala, puedes sentir la historia", declara Daniel Froschauer, presidente de la Orquesta Filarmónica de Viena.
El año 2021 es histórico para Riccardo Muti, que celebra 50 años de su estreno como director de la Filarmónica de Viena (la primera vez que llevó la batuta con esta institución fue en el Festival de Salzburgo en 1971) y festejará su 80º cumpleaños a finales de julio.
"Le invité a dirigir este concierto por una razón: quería verle feliz en un auditorio en el que solía trabajar tanto... donde tuvo y produjo grandes momentos de gloria", afirma Dominique Meyer, director de Ópera de la Scala.
Mendelssohn, Schumann, Brahms... Para este concierto, Muti eligió un programa muy alemán.
"Esperaba que hubiera elegido más música italiana, pero fue lo que decidió. Y esto es sorprendente, porque son piezas de música con las que compartimos una historia común. La Filarmónica de Viena estrenó la 2ª sinfonía de Brahms...", señala Michael Bladerer, director general de la Orquesta Filarmónica de Viena.
"Lo hizo en 1877; el 30 de diciembre. Es una pieza musical que forma parte de nuestro ADN", explica Daniel Froschauer.
"También puedes sentir que durante aquella época, cuando escribía la 2ª sinfonía, Brahms era increíblemente feliz. Te llega al corazón. Es una de las sinfonías más perfectas", añade Froschauer.
"En este programa hay algunos momentos en los que se te eriza el vello. En la Sinfonía de Schumann hay una transición entre el tercer y el cuarto movimiento. Para mí es, seguramente, la más romántica que existe en toda la historia de la música. Siempre espero este momento, porque es increíble y poder experimentarlo aquí es un privilegio", declara Michael Bladerer.
"Hay que darse cuenta de la suerte que uno tiene. Sí, toco para la Filarmónica de Viena. Puedo tocar con Riccardo Muti en La Scala... Considero que es el mayor honor para un músico. Es un sueño. Y si eres capaz de reconocerlo, entonces, eres una persona feliz", concluye Daniel Froschauer, presidente de la Orquesta Filarmónica de Viena.