Con una cifra récord de 25 candidatos presidenciales, las elecciones de este domingo terminaron tras 12 horas de votación, dejando incluso espacio para la sorpresa.
PUBLICIDADCosta Rica pasará a una segunda vuelta electoral en abril, con el expresidente José María Figueres Olsen (1994-1998), y el economista Rodrigo Chaves.
Con una cifra récord de 25 candidatos presidenciales, las elecciones de este domingo terminaron tras 12 horas de votación, dejando incluso espacio para la sorpresa.
Por una parte, José María Figueres, candidato del Partido Liberación Nacional celebró su avance a la segunda ronda con el 37,4% de los votos, con la promesa de "rescatar" y "transformar" Costa Rica.
"Ganamos esta primera ronda por un robusto marguen y eso también nos da una enorme responsabilidad, por eso mañana mismo continuaremos el trabajo incansable para el triunfo final el próximo 3 de abril", declaró el expresidente.
Por otra parte, Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático, fue el que más sorprendió al situarse en el segundo lugar con el 16,7% de los votos, y repitiendo la frase "Costa Rica no es un país pobre, sino muy mal administrado".
Hasta ahora, los costarricenses siguen sin tener un claro favorito para hacer frente al desempleo, la corrupción, y el aumento del coste de la vida en el país. Algunas de las principales preocupaciones de los 3,5 millones de votantes, de un país de 5 millones de habitantes.
Una campaña criticada para Chaves
Durante la campaña, sus adversarios le criticaron por no revelar los nombres de las personas que le han financiado la campaña, así como por una sanción que le impuso del Banco Mundial por acoso sexual a dos compañeras entre los años 2008 y 2013.
Chaves ha dicho que todo se trató de un "malentendido" por "chistes" y "bromas" que hizo y ha asegurado que fue absuelto por varios órganos del Banco Mundial ante las denuncias que presentaron en su contra.
Además, ha lanzado fuertes señalamientos a los medios de comunicación que publicaron reportajes acerca de las denuncias de acoso sexual que se tramitaron en el Banco Mundial.