La movilización general y las evacuaciones masivas del Dombás prorruso contrastan con la calma aparente que se vive a escasos kilómetros de este territorio ucraniano, en la zona bajo control gubernamental.
PUBLICIDADLa movilización general y la evacuación masiva de ciudadanos en la región prorrusa del Dombás, contrasta con la calma aparente que se vive en la zona controlada por el Gobierno ucraniano a escasos kilómetros de distancia. En la ciudad costera de Mariupol y en los campos de alrededor, la vida sigue prácticamente igual que hace unas semanas, a pesar de la creciente tensión... En la ciudad costera de Mariupol y en los campos de alrededor, la vida sigue prácticamente igual que hace unas semanas, a pesar del ruido de las explosiones en la distancia y de las evacuaciones masivas organizadas por las autoridades independentistas:
- "¿Qué deberían hacer? Deberían sentarse y hablar como personas. ¿Tan difícil es eso? Tengo parientes allí (en la región rebelde), mi mujer tiene parientes en Lviv. ¿Debemos luchar, debemos dividirnos? Esta no es nuestra guerra, es la guerra de los políticos (hablando de los líderes estatales), pero somos nosotros quienes la sufrimos", explicaba un agricultor mientras arreglaba su tractor cerca de Mariupol.
En Kiev, la capital del país, el ambiente también es relativamente distendido, aunque nadie esconde su preocupación tras el aumento de la violencia entre las fuerzas ucranianas y los rebeldes prorrusos en los últimos días.
- "Intentamos mantener la calma y que no cunda el pánico. Pero, por supuesto, estamos preocupados por nuestras familias y parientes que se quedaron en nuestra ciudad natal, Jarkiv (este de Ucrania). Esperamos que la situación mejore y que se calme", contaba una joven especialista en informática llamada Alona.
Sobre las evacuaciones masivas en las zonas prorrusas del este de Ucrania hay una opinión dominante:
- "Creo que es una propaganda creada artificialmente. Estamos a favor de la paz en todo el mundo", añadía otra joven vecina de Kiev.
Propósitos que no impiden prepararse para lo peor. Mientras numerosos civiles hacen un remedo de formación militar en las calles, otros toman nota de cómo protegerse mejor en caso de una gran escalada. El sábado decenas de mujeres asistieron a unas clases sobre supervivencia en caso de conflicto armado.