Entre ellos están más de 50 potentados y sus familias, con un patrimonio neto combinado de 100.000 millones de libras. Algunas de las figuras políticas clave a las que ahora se apunta oficialmente son el expresidente Di
PUBLICIDADEl primer ministro británico, Boris Johnson, dió la bienvenida a Londres a los miembros de la coalición de seguridad integrada por distintos estados europeos Fuerza Expedicionaria Conjunta, grupo de intervención militar de respuesta rápida.
Al tiempo, el gobierno británico ha aprobado sanciones contra otros 370 ciudadanos rusos.
Entre ellos están más de 50 potentados y sus familias, con un patrimonio neto combinado de 100.000 millones de libras.
Además de los oligarcas favorecidos por Vladímir Putin algunas de las figuras políticas clave a las que ahora se apunta oficialmente son el expresidente Dimitri Medvédev y los portavoces de Putin, Dimitri Peskov, y de Exteriores, María Zajárova.
La Unión Europea también ha acordado otro paquete de sanciones económicas contra Rusia en respuesta a su invasión de Ucrania. Por unanimidad ha adoptado la prohibición de importación de productos siderúrgicos por valor de 3.300 millones de euros, así como un veto de exportación de productos de lujo desde la UE a Rusia, incluidos coches y joyas.
El embajador de Rusia en Francia, Alexei Mechkov, lo ha calificado de caza de brujas rusa. Y ha advertido de que los europeos sufrirán un "duro golpe" por las sanciones: "Hoy en día, se están rastreando a familias, parientes, no tan parientes, primos hermanos, conocidos, incluso desconocidos. En mi opinión, hoy se han añadido 600 personas más a la lista negra de sanciones europeas".
Pero las sanciones no van sólo en un sentido. El Kremlin ha esbozado un plan de rescate de unos 8.000 millones de euros para contrarrestar las sanciones internacionales y ha impuesto las suyas al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, al secretario de Estado, Antony Blinken, al director de la CIA, William Burns y a otros altos cargos estadounidenses.
Rusia también ha informado de que se retirará del Consejo de Europa, organismo de vigilancia de los derechos humanos con sede en Estrasburgo, antes de que se materialice su anunciada expulsión.
Moscú acusa a la OTAN y a los miembros de la UE de estar convirtiendo la organización "en un instrumento de política antirrusa".