Los ciudadanos del continente europeo recurren a cualquier truco para combatir las altas temperaturas ante una ola de calor que no cesa
Cualquier truco es bueno para no sucumbir a las altas temperaturas. En Londres, los transeúntes buscan sombra y agua. Los parques que antes eran verdes, ahora son amarillos.
Si las altas temperaturas del lunes hicieron que se deformara la pista de aterrizaje del aeropuerto de Luton, este martes podría ser peor. Se habla de hasta 41 grados en algunos puntos. Un problema para el Reino Unido, con un servicio de salud pública ya bajo presión.
"Deberíamos empezar a pensar muy seriamente en cómo adaptarnos. Porque ahora esto va a ocurrir con más frecuencia. Como vemos, incluyendo esta ola de calor, las cinco temperaturas diurnas más altas han sucedido en los últimos 10 años, esta es la señal de que va a haber más. Esto es una tendencia. Va a ser cada vez más frecuente", advierte Annela Anger-Kraavi, Directora del Centro de Investigación sobre Política Climática de la Universidad de Cambridge.
En Brest, al norte de Francia, las altas temperaturas han obligado a mucha gente a quedarse en casa, y quien tiene el valor de salir, debe buscar formas de refrescarse. "El calentamiento global, eso es todo, normalmente Brest tiene un 70% de humedad y aquí hemos batido todos los récords de calor, tenemos que hacernos algunas preguntas serias", explica un vecino de la ciudad que trata de refrescarse en una fuente.
Cerca de la Torre Eiffel, en París, los turistas buscan formas de mantenerse frescos en medio del calor abrasador. La hidratación es lo más importante. El manto de aire caliente que cubre gran parte de Europa se mantendrá los próximos días.
