Tras su hermoso rostro y su aparente felicidad se escondía se una mujer triste a la que la vida puso numerosos obstáculos.
Fue la rubia por excelencia, la imagen de toda un era y también una maravillosa actriz. Estaba llamada a ser un mito, y se convirtió demasiado pronto en él, al fallecer con tan solo 36 años de edad.
Este 4 de agosto se cumplen 60 años del adiós de Marilyn Monroe. Por las calles de Hollywood, como en muchos otros rincones del mundo, su recuerdo permanece intacto.
"Creo que es una belleza muy moderna y clásica a la vez", dice Karen, ciudadana de San Diego. "Y un sinfín de mujeres, de todas las razas y etnias ven en Marilyn Monroe todo un símbolo de belleza".
En efecto, la figura de Monroe siempre estará ligada a la belleza femenina. Sus fans, no obstante, animan al gran público a mirar más alla de los famosos estereotipos.
"El estudio promovió la imagen de que era una rubia tonta, y no era ni mucho menos tonta, sino increíblemente ingeniosa e inteligente", defiende el presidente del Marilyn Remenbered fan club, Greg Schreiner. "Era una persona generosa, cariñosa y muy atenta".
Una vida a toda velocidad
Nacida el 1 de julio de 1926, Norma Jeane Beaker vivió rápido y dejó huella. Se casó tres veces, con James Dougherty, el gigante del beisbol Joe DiMaggio y el icono del teatro Arthur Miller. Protagonizó una treintena de películas a las órdenes de inmortales del cine como Willy Wilder, Howard Hawks o Joseph Mankiewicz, y por encima de todo se convirtió en un auténtico símbolo sexual, una 'sex-symbol', probablemente la más famosa de la historia.
Sin embargo, tras su cara de constante felicidad se hallaba una mujer perdida y triste, "la persona más triste que he conocido", dijo de ella Arthur Miller. La propia Marilyn llegó a asegurar que, a pesar de su fama, siempre se sentía sola.
Se dice que sus turbulentos romances con los Kennedy precipitaron el derrumbe mental de Monroe, y el exceso de pastillas hizo el resto. Ese 4 de agosto del 62 moría la mujer y nacía el mito.