Sectores como la educación nacional, los hospitales, los puertos, el transporte de mercancías por carretera o la electricidad y el gas se verán afectados.
PUBLICIDADFrancia se prepara este martes para una nueva e importante jornada de huelgas y manifestaciones.
Las protestas, como sucedió con la de este domingo en París, giran una vez más en torno a la galopante inflación que sufre el país y que, para colmo, no se traduce en una subida de salarios, golpeando de lleno el poder adquisitivo de la gente.
Si bien la manifestación de este domingo era organizada y liderada por Francia Insumisa, con el propio Jean-Luc Mélenchon a la cabeza, este martes son los propios sindicatos los que toman la palabra. Encabezados por la Confederación General del Trabajo y Force Ouvrière, se prevé que afecte a varios sectores profesionales.
Entre ellos la SNCF, la Compañía Nacional de Ferrocarriles, que sufrirá con total seguridad importantes perturbaciones, con solo un tren de cada dos funcionando en algunas líneas.
Las refinerías, otro gran problema
Y no solo los trenes: también se esperan alteraciones en todo el transporte público, especialmente en la región de París. La educación nacional, los hospitales, los puertos, el transporte de mercancías por carretera, los residuos domésticos o los sectores de la electricidad y el gas también se verán afectados, y no se descartan cortes de energía.
Por supuesto, no hay que olvidarse de las refinerías, tres de ellas completamente paradas y causantes de un importante conflicto social en el país.
El Gobierno hace frente a un 30 por ciento de gasolineras desabastecidas ante el paro de los trabajadores de TotalEnergies, que exigen un incremento general del 10 por ciento en sus salarios para beneficiarse ellos también, y no solo los directivos, de los grandes beneficios de la compañía en los últimos meses.