La policía dijo que al menos 1 442 personas habían sido declaradas no localizables en la Isla Norte hasta el miércoles por la tarde y que al rededor de 10 000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
PUBLICIDADCasas destrozadas, pueblos incomunicados y miles de evacuados. Esta es la estela de destrucción que ha quedado en Wairoa, Nueva Zelanda, tras el paso del ciclón Gabrielle. Una estación meteorológica de la región de Hawke's Bay registró en la noche del lunes tres veces más lluvia de la que suele caer en todo el mes de febrero, según las autoridades.
El primer ministro del país, Chris Hipkins, ha anunciado el balance de daños en una rueda de prensa, afirmando que el número de víctimas mortales podría aumentar: "Por desgracia, la policía confirma que el número de víctimas mortales causadas por el ciclón se eleva actualmente a cinco. Todavía hay personas por las que la policía tiene una gran preocupación y tenemos que estar preparados para la posibilidad de que haya más víctimas mortales".
Por el momento, las víctimas mortales se han producido cerca de la bahía Hawke's Bay, en la Isla Norte. Se sabe que dos han fallecido por culpa de desprendimientos de tierra y otras dos por ahogamiento.
La policía dijo que al menos 1 442 personas habían sido declaradas no localizables en la Isla Norte hasta el miércoles por la tarde y que al rededor de 10 000 personas tuvieron que abandonar sus hogares.
Alrededor de 160 000 viviendas de la Isla Norte estaban sin electricidad el miércoles, frente a las 225 000 del martes, según el Gobierno.
"Quiero ir a ver si mi bebé está bien en el cementerio, espero que no se la haya llevado el agua", confiesa una evacuada por las inundaciones.
Aunque el ciclón Gabrielle ha pasado, los meteorólogos prevén nuevas tormentas sobre la Isla Norte, la más afectada, donde llueve sobre mojado desde hace semanas.