Miles de fieles cristianos y miembros del clero participan en la tradicional procesión católica del Domingo de Ramos.
Los fieles portaron palmas y ramas de olivo y marcharon desde la cima del Monte de los Olivos hasta la histórica Ciudad Vieja de Jerusalén, donde se encuentran los lugares sagrados de las tres religiones monoteístas abrahámicas.
"La importancia (de este día) es enorme porque somos cristianos y queremos demostrar a todo el mundo que estamos aquí y que estamos celebrando después de 2 000 años el mismo día, la misma procesión, y la presencia de todos nosotros es muy importante hoy", dice Evelyn, guatemalteca residente en Tierra Santa desde 2009 y guía de peregrinos.
Los fieles accedieron a la Ciudad Vieja por la puerta de los Leones; la Puerta Dorada por la que Jesús entró en Jerusalén, según la tradición, está tapiada desde el siglo XVI, y custodiada ahora por el Ejército de Israel que impide su acceso, según los judíos, será la elegida por el Mesías para su venida.
