Manifestantes serbios fueron dispersados con gases lacrimógenos cuando trataban de impedir el acceso a los ayuntamientos de los alcaldes albaneses elegidos en abril en los municipios del norte. El presidente serbio ha puesto en alerta al Ejército.
PUBLICIDADAyuntamientos bloqueados, un vehículo policial incendiado, heridos leves y numerosos detenidos.
La tensión se ha vuelto a disparar este viernes en el norte de Kósovo, donde se han registrado enfrentamientos entre la Policía y manifestantes serbios, que trataban de impedir que alcaldes de etnia albanesa tomaran posesión de sus cargos.
La Policía kosovar ha entrado en los ayuntamientos de Zvečan y Zubin potok, donde después de los enfrentamientos, se ha recuperado la calma. Hay heridos en ambas ciudades, pero se encuentran en estado estable y sus vidas no corren peligro.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de Kóvoso, los serbios son mayoría en los municipios del norte. Sin embargo, en abril, boicotearon las elecciones municipales, por lo que fueron elegidos alcaldes de la mayoría albanesa que ahora los serbios se niegan a reconocer. Debido al boicot, en esos comicios la participación fue de apenas el 3 %.
Según medios locales, los blindados de la Policía especial kosovar se han desplegado en la zona. También están cerca vehículos de la misión europea EULEX y de la fuerza KFOR de la OTAN.
Vucic pone en alerta al Ejército serbio
En Serbia, el presidente Aleksandar Vucic, ha puesto en nivel de alerta al Ejército.
El ministro serbio de Defensa, Milos Vucevic, acusó al primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, de practicar el "terror" contra la comunidad serbokosovar, y aseguró que Belgrado lleva semanas advirtiendo de ello a la comunidad internacional.
Las autoridades de Kosovo, por su parte, responsabilizan a Serbia y a lo que denomina sus "estructuras criminales ilegales en el norte kosovar" de la violencia y de los ataques a las fuerzas del orden.
Kósovo, antigua provincia serbia poblada por una gran mayoría de albaneses, proclamó en 2008 su independencia, que Serbia no reconoce.
Ambos países negocian la normalización de sus relaciones sobre un nuevo plan de la UE, apoyado por Estados Unidos, en un proceso difícil y entre frecuentes tensiones.