"Aquí teneis la estrella que tanto queríais", dijo a las masas la jugadora Olga Carmona.
PUBLICIDADPasada la medianoche, el bus descapotable con las jugadoras de la selección femenina de futbol llegaba a la explanada del Puente del Rey; donde un mar de banderas rojas y amarillas las recibía al grito de Campeonas.
Tras un eterno vuelo de Australia a España, la roja fue recibida con todos los honores en Madrid, completamente rendida a sus pies.
Los más de treinta grados en el ambiente no detuvieron a ninguno de los 20 000 asistentes para bailar y festejar al ritmo de la música.
En el mismo lugar donde la selección española masculina se proclamó campeona del mundo en Sudáfrica 2010, Jennifer Hermoso, Salma Paralluelo y el resto del equipo dejaron huella de la nueva estrella española, la de Australia y Nueva Zelanda.
Olga Carmona, quien marcó el gol de la victoria contra Inglaterra, pasando de heroína a leyenda; tomó la palabra en el escenario.
"Ayer por momentos fue el mejor día de mi vida y luego se convirtió en el peor. Estoy muy emocionada de brindaros esta alegría a todo el país. Tenéis esta estrella, pero no solo la que llevamos en el pecho, las que están en el cielo también", dijo emocionada a jugadora, que no conoció que su padre había fallecido hasta que terminó el partido.
"Esto también es vuestro. Dijimos que os íbamos a poner de pie y hoy lo hemos conseguido", declaró el seleccionador español Jorge Vilda.
Claramente orgullosas, las 23 futbolistas son conscientes de que no solo han hecho historia ganando por primera vez la copa mundial femenina, sino que con su triunfo, han sido capaces de cambiar el pensamiento de las próximas generaciones.