La idea de un equipo europeo conjunto resurge con ocasión de la celebración de los Juegos Olímpicos de París. Un equipo así competiría con Estados Unidos y China, y reforzaría una identidad común. Pero su realización plantea más interrogantes.
PUBLICIDADEs una vieja historia del deporte europeo. La idea de presentar un equipo de la UE en los Juegos Olímpicos es una constante. Por un lado, este "equipo Europa" ganaría las medallas por delante de Estados Unidos y China y, por otro, contribuiría a reforzar el sentimiento europeo entre los Estados miembros y sus ciudadanos.
Pero tal como están las cosas, esta opción parece impensable según las normas del Comité Olímpico Internacional (COI). El organismo que dirige los Juegos se niega a permitir que desfilen banderas que no sean las de los Comités Olímpicos Nacionales.
Así ocurrió "por ejemplo, en Tokio 2021, donde el representante esloveno pidió que la delegación eslovena desfilara con una bandera europea porque en ese momento ostentaban la presidencia de la Unión Europea, pero el COI se lo denegó", explica Carole Gómez, ayudante diplomada en sociología en la Universidad de Lausana.
Sin embargo, los atletas pudieron lucir la bandera azul con las doce estrellas. La esgrimista italiana Elisa Di Francisca ondeó una bandera europea cuando recibió su medalla de plata en Río en 2016. El gesto fue elogiado en su momento por la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz.
El presidente de la Comisión Europea en 2004, Romano Prodi, ya había pedido a los atletas de los Estados miembros que enarbolaran la bandera de la UE, pero sin éxito.
Deporte e identidad
El deporte desempeña un papel importante en el desarrollo de las identidades nacionales, ya que da a conocer un Estado, una bandera y un himno, y suscita entusiasmo. Por tanto, ayuda a construir una memoria colectiva.
Sin embargo, "la historia oficial de la Unión Europea y el deporte es relativamente reciente", explica Carole Gómez. "Desde 2009, y en particular desde el Tratado de Lisboa, se ha formalizado este interés por el deporte, que se ha convertido en un eje de trabajo".
Este interés puede concretarse en la organización conjunta de competiciones entre diferentes actores o en el desarrollo del deporte en el marco de Erasmus +. Además, la UE lleva unos diez años desarrollando la diplomacia deportiva.
Pero más allá de esta iniciativa, Carole Gómez cree que la creación de un equipo conjunto no interesa a los 27. "Tener un equipo europeo significaría tener que hacer selecciones y descalificaciones entre todos los mejores atletas europeos. Y así, por ejemplo, en vez de tener un podio con un griego, un español y un esloveno, tendríamos en realidad un solo representante de la Unión Europea", explica. Aunque reconoce que sobre el papel el proyecto"sería muy bonito desde el punto de vista simbólico".
Prefiere la idea de calcular el número total de medallas ganadas por la UE y debatir otras formas de consolidar esta identidad europea común.
"En el marco de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, Emmanuel Macron pidió que la bandera francesa y la bandera europea se exhibieran una al lado de la otra como país anfitrión", explica Carole Gómez. Esta petición fue aceptada por el COI. "En la Villa Olímpica o en las sedes de competición, esta doble bandera podrá exhibirse. Y eso me parece algo que también sería interesante en términos de longitud", prosigue.
Italia, con Milán Cortina, y Francia, "sujeto a condiciones", con los Alpes franceses, organizarán los Juegos Olímpicos de Invierno en 2026 y 2030. Estos acontecimientos brindarán la oportunidad de reflexionar sobre la idea de una identidad europea común en el deporte.