El controvertido líder Hebert Kickl ha llevado al Partido Liberal Austriaco a una ajustada victoria, y ahora se enfrenta al reto de encontrar un socio de coalición que esté dispuesto a trabajar con él.
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El ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) ha hecho historia tras ganar por un estrecho margen las elecciones generales de Austria con el 29% de los votos, lo que lo convierte en el partido dominante por primera vez en su historia posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, se enfrenta a desafíos para avanzar en la formación de una coalición, ya que los otros partidos principales de Austria han descartado trabajar con él y su controvertido líder, Hebert Kickl. El FPÖ podría incluso verse excluido del Gobierno por completo si otros partidos forman una coalición para dejarlo fuera.
Los expertos han dicho que el partido ha logrado aprovechar las inquietudes de los austríacos, como la vivienda y un sistema de salud sobrecargado, y a menudo culpando con éxito a la inmigración por una serie de otros problemas.
"Creo que la migración en sí no es el problema principal. Es probablemente uno de los cambios más visibles, por eso la gente se resiste y reacciona ante él de forma más emocional. Los problemas reales son la crisis del sistema sanitario y de la educación", dijo Cengiz Günay, director del Instituto Austriaco de Asuntos Internacionales (OIIP).
Kickl critica la ayuda militar enviada a Ucrania y ha propuesto poner fin a las sanciones contra Rusia. Es probable que los otros cuatro partidos que han conseguido escaños en el parlamento de Austria busquen formas de formar una coalición sin Kickl y su partido.
El futuro político de Austria sigue en el aire, ya que los cinco partidos políticos están a punto de iniciar las negociaciones para formar su próximo parlamento.
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