Por Euronews
El arquitecto Onur Karahan siempre ha sido un apasionado de la arqueología, desde que era un niño, pero pensó que sería más productivo dedicándose a la arquitectura. Hasta que conoció a Ahmet Yaras y cambió de rumbo. Onur nos cuenta cómo era su vida en un yacimiento arqueológico con 19 años.
“Había tres cosas por las tardes que me encantaba hacer. Teníamos una piscina redonda de la época romana, llena de agua. Con Mehmet Agabey y otros amigos llevábamos vino, íbamos a ver al profesor Ahmet Hodja. Todos los que trabajábamos allí veníamos de diferentes partes de Turquía. Pero nos unimos por la misma razón. Nuestro objetivo era evitar la destrucción de nuestro patrimonio cultural.”
