La basílica barcelonesa alcanzó el jueves los 162,91 metros de altura tras la colocación de una pieza de su torre central, superando por poco más de un metro a la catedral alemana de Ulm. La obra maestra de Gaudí continuará creciendo hasta los 172 metros en los próximos meses.
El jueves marcó un hito en la historia de la arquitectura mundial cuando la Sagrada Familia de Barcelona superó oficialmente a la Ulmer Münster alemana como la iglesia más alta del planeta. Con 162,91 metros de altura, la obra maestra de Antoni Gaudí aventaja por apenas 1,38 metros a la catedral luterana gótica de Ulm, que ostentaba el récord con sus 161,53 metros desde su finalización en 1890.
La colocación de la primera parte de la Torre de Jesucristo, situada en lo alto de la nave central, fue el momento clave que permitió alcanzar esta nueva marca. Una grúa instaló la pieza durante la mañana del jueves, en un proceso que forma parte de la fase final de construcción de esta torre central, que alcanzará los 172 metros cuando esté completamente terminada en los próximos meses.
De proyecto inacabado a atracción turística mundial
Desde que se colocó la primera piedra en 1882, la Sagrada Familia ha sido sinónimo de paciencia arquitectónica. Gaudí nunca esperó ver su obra terminada en vida, y al momento de su muerte solo una de las múltiples torres estaba finalizada. Sin embargo, en las últimas décadas el ritmo de construcción se ha acelerado notablemente gracias a los ingresos generados por el turismo.
En 2024, 4,9 millones de personas pagaron por visitar la basílica, siendo el 15% de ellos procedentes de Estados Unidos. Este flujo constante de visitantes, atraídos por la estética única de Gaudí que combina simbolismo católico con formas orgánicas, financia la construcción en curso. Los trabajos en las fachadas y la decoración interior continuarán durante varios años más, y se espera que la obra esté completamente terminada dentro de aproximadamente una década.
El año 2026 marcará el centenario de la muerte de Antoni Gaudí, y la iglesia prepara diversos eventos para celebrar el legado del arquitecto catalán. Su obra, que incluye otros edificios emblemáticos en Barcelona y otras ciudades españolas, ha dejado una huella imborrable en la arquitectura mundial. La Sagrada Familia, convertida ahora en la iglesia más alta del mundo, se erige como el mayor testimonio de su genio creativo y su visión única del arte sacro.