Una mezcla de ola de calor, fuertes vientos y sequía han alimentado las llamas en la húmeda región del Pantanal de Brasil, acabando con gran parte de la biodiversidad de la región.
En la primera quincena de noviembre, el Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales contabilizó más de mil focos y avisó del riesgo que viene.
El veterinario Enderson Barreto, explicó: "Si no hay un plan urgente de intervención y preservación, lamentablemente el año que viene estaremos aquí nuevamente sufriendo todo esto que estamos viviendo hoy. Lamentablemente, caminamos por el Pantanal y hoy parece un cementerio al aire libre".
A más de dos mil kilómetros al norte, otra región brasileña rica en biodiversidad, la selva amazónica también se enfrenta a un período de grave sequía e incendios forestales, provocados en su mayoría por miles de "queimadas" (incendios forzados por agricultores y mineros).
La nube de humo ha vuelto a caer sobre la ciudad de Manaos y ha empeorado la calidad del aire en la capital del estado de Amazonas.
Todo en una semana marcada por un nuevo récord de calor el jueves en Río de Janeiro, donde las temperaturas superaron los 42 grados con una sensación térmica por encima de los 50°C.
Para los próximos días, sin embargo, la previsión meteorológica es de tormentas eléctricas en las regiones de São Paulo, Río de Janeiro y Mato Grosso.