Durante su viaje por el Sudeste Asiático y Oceanía, el Pontífice también visitó Indonesia y Papúa Nueva Guinea.
PUBLICIDADEl Papa Francisco se dirige este miércoles a Singapur, último destino de su viaje por el Sudeste Asiático y Oceanía, el más largo y lejano de sus viajes papales y uno de los más largos llevado a cabo por un jefe de la Iglesia católica.
Tras una breve ceremonia de despedida en Timor Oriental, país del sudeste asiático de mayoría católica, el Papa y su delegación partieron a bordo del único avión de la compañía local Aero Dili, un Airbus A320.
Durante su visita a Timor Oriental, el Pontífice congregó el martes a 600.000 personas -casi la mitad de la población del país- en una misa que batió todos los récords. Ha concluido su visita con una reunión este miércoles por la mañana con los jóvenes del país, que constituyen la mayoría de la población de 1,3 millones.
El Papa Francisco les instó a trabajar juntos para dar forma al futuro del país y construir sobre los cimientos de las generaciones mayores que aseguraron su independencia de Indonesia en 2002.
"Seguid adelante con la alegría de la juventud, pero no olvidéis una cosa -dijo-: sois los herederos de quienes perseveraron en la fundación de esta nación. Por eso, no perdáis la memoria, la memoria de los que perseveraron con tanto sacrificio para consolidar esta nación".
Por último, Francisco advirtió a la multitud de que tuvieran cuidado con los "cocodrilos" que desembarcan y "quieren cambiar vuestra cultura, vuestra historia".
Era una aparente referencia al pasado colonial de Timor Oriental, pero también a su atractivo actual para las organizaciones comerciales internacionales deseosas de explotar sus reservas naturales de petróleo y gas, que constituyen la base de la economía timorense.
El Papa Francisco lleva tiempo arremetiendo contra las empresas multinacionales que explotan los recursos naturales de los países pobres en beneficio propio, sin compensar adecuadamente a la población local ni proteger el medio ambiente.