El mundo está marcado por las divisiones, entre países desarrollados y en vías de desarrollo, entre el mundo rural y el urbano.
Con Internet ha surgido lo que algunos llaman la división digital. Y reducir la división digital se ha convertido en todo un reto en la era de Internet.
Iremos a Argentina, Portugal y Brasil para ver cómo ciertas personas se montan en el tren de la era digital. Y romperemos las barreras de la edad y la distancia gracias a Internet.
Conectar Igualdad
En Argentina, el gobierno se ha fijado un objetivo: garantizar la igualdad de acceso a Internet.
A través del programa Conectar Igualdad, 1,800.000 ordenadores han podido ser distribuidos en todas las escuelas públicas, sobre todo en las zonas rurales, una inversión tecnológica sin precedentes en Latinoamérica.
“Ellos solitos se ponen a ver qué otra función, que otras cosas tiene la máquina. A veces, en ciertos contextos, nosotros no tenemos la posibilidad de comprar esta máquina. El tenerla en la escuela es una herramienta que le da equidad a todas las instituciones del país”
Conectando generaciones
Las dependencias de la Iglesia de Amial, cerca de Porto, acogen unos cursos novedosos. La Universidad Contemporánea para Adultos de esta ciudad portuguesa ha decidido instalar allí ordenadores para personas mayores ávidas de un nuevo tipo de conexión social.
Artur Santos, director pedagógico de la Universidad Contemporánea para Adultos de Porto:
“El hecho de que ahora aprendan a trabajar a través del mail, con Facebook u otras plataformas como Skype, permite acortar distancias, sobre todo las que existen entre los nietos y los abuelos.”
Los indios tupinambáes se abren al mundo
En el Estado de Bahia viven 400 indios tupinambáes. De tradición guerrera esta tribu conserva sus tradiciones como la confección de maracás o artefactos místicos para sus ceremonias, un legado del que se sienten orgullosos y que ahora pueden mostrar al mundo, ¿cómo? gracias a las clases de informática y nuevas tecnologías impartadas por la asociación Thidawá
Sebastian Gerlic, responsable de la Asociación THYDEWA: “En Brasil, los indios viven marginados, el Estado no los ve, son invisibles, como si pertenecieran a otra clase social, olvidados, así que la tecnología permite que puedan mostrar a los otros brasileños y al mundo entero cómo viven y cuál es su realidad.”