Por Euronews
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La “Garganta del Diablo” vomita con violencia un gigantesco caudal de agua y lodo que asusta a los turistas que acuden a la zona en busca de la belleza de postal de las cataratas del Iguazú. Tras días de intensas lluvias que han provocado inundaciones históricas en la frontera entre Brasil y Argentina, un velo rojizo cubre los ochenta metros de altura que tiene la caída de su salto de agua más famoso.
El cauce del río Iguazú ha reventado en numerosos puntos y en las carataras se ha registrado un caudal inédito de 46 millones de litros por segundo, treinta veces superior al habitual.
La fuerza del agua arrastró a la deriva un barco casino de noventa metros de eslora que tuvo que ser rescatado.