PUBLICIDADEstán de acuerdo en todo, al menos eso han dicho durante la conferencia de prensa que han mantenido el presidente turco y el papa en esta primera visita del pontífice a Turquía.
Recep Tayyip Erdogan ha aprovechado la visita papal para lanzar un mensaje al mundo en posición de líder regional. Ha arremetido contra la islamofobia en el mundo y ha fustigado a los países occidentales por no hacer lo suficiente ante el drama de los refugiados sirios.
“En Siria han muerto 300.000 personas y 7 millones han tenido que dejar sus casas. Los refugiados han huido a los países vecinos, algo que ha sido ignorado por el resto del planeta. Nadie habla de esa situación. También, tengo que hablar de Siria, un régimen terrorista”, ha dicho Erdogan.
El discurso del papa Francisco ha sido más tímido, con una clara alusión a la necesidad de respetar de manera efectiva los derechos de las minorías en Turquía. Luego, el pontífice ha reconocido el papel que juega Ankara como potencia regional:
“Turquía ha acogido de manera generosa a una ingente cantidad de refugiados lo que hace que esté directamente implicado en los efectos de la situación dramática que se vive a lo largo de su frontera. La comunidad internacional tiene la obligación moral de ayudar a los refugiados.”
La visita a la tumba de Atatürk, el padre de la nación moderna turca, ha sido el primer gran gesto de este viaje del pontífice, ocho años después de que su predecesor fuera acogido con recelo por asociar el islam a la violencia.
El papa Francisco ha sido mucho más conciliador. En su mensaje a las autoridades turcas ha defendido el “diálogo interreligioso e intercultural” para “apartar toda forma de integrismo.”