Son decenas de chechenos, armados, vestidos con uniformes de camuflaje, luchando junto a los rebeldes prorrusos en Ucrania. Un batallón de
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Son decenas de chechenos, armados, vestidos con uniformes de camuflaje, luchando junto a los rebeldes prorrusos en Ucrania.
Un batallón de voluntarios que ha instalado su base en un camping cercano a Donetsk.
Son unos 300 hombres. La mayoría son exmilicianos que combatieron contra Moscú en las dos guerras chechenas y que habrían pasado a formar parte de las fuerzas especiales rusas, tras la amnistía decretada por el entonces líder prorruso de Chechenia, Ajmad Kadírov.
“La gente necesita nuestra ayuda por eso estamos aquí, llegamos en mayo. Tenemos una amplia experiencia en el campo de batalla. Algunos empezamos en 1995, y llevamos entre 10 y 20 años combatiendo. Prácticamente un 70% hemos pertenecido a las diferentes estructuras de las fuerzas especiales y un 75% hemos resultado heridos y nos han condecorado”, explica el vicecomandante de la autodenominada “unidad de la muerte”, quien se hace llamar Stinger.
El caso es que algunas fuentes afirman que habría otros grupos de chechenos combatiendo junto al Ejército ucraniano.
La guerra en el este de Ucrania va camino de convertirse en un quiste difícil de extirpar por la presencia de combatientes de muy diferente condición. Kiev ve difícil que se reanuden las negociaciones estos días, tal y como estaba previsto.
Mientras, personalidades como el expresidente ruso Mijaíl Gorbachov no ocultan su preocupación por la situación.