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La dinastía Saud o la historia de una familia dueña de un país bañado en petróleo

La dinastía Saud o la historia de una familia dueña de un país bañado en petróleo
Derechos de autor 
Por Euronews
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Los orígenes

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La Casa de Saud (en árabe: بيت آل سعود ), también conocida como Al Saud, es la dinastía de la familia real de Arabia Saudí. El moderno estado de Arabia Saudí fue establecido en 1932, aunque las raíces e influencia de la Casa de Saud en la Península Arábiga datan de varios siglos atrás.

La Casa de Saud ha tenido tres etapas: el Primer y Segundo Estado Saudita, y el moderno estado de Arabia Saudí. Durante las primeras, la familia gobernó el Nejd y en varias ocasiones se enfrentó al Imperio otomano, al Jerife de La Meca y al clan Al Rashid en Hail.

La historia de la Casa de Saud ha estado marcada por el deseo de unificar la península arábiga y promover una visión estricta del Islam conocida como wahabismo. Esta fe establece la decapitación como castigo por ciertos delitos, y ha recibido fuertes críticas de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.

Ibn Saud, fundador del Estado actual

La dinastía saudí actual está formada por los descendientes de Abdelaziz bin Abderramán al Saud, conocido como Ibn Saud (1880-1953), fundador del estado moderno de Arabia Saudí, del que fue rey desde 1932 hasta su muerte, en 1953, y al que puso el nombre de la familia. Años antes, en 1945,consolidó una férrea alianza con Estados Unidos.

Para algunos, Ibn Saud fue el árabe más grande desde el profeta Mahoma. Para otros fue un horrible déspota.

Tuvo 32 esposas, que le dieron 53 hijos y 36 hijas, y alrededor de 500 nietos.
Se desconoce el número exacto total de miembros de la familia real saudí, considerado un secreto de Estado. Según algunas fuentes, rondaría los 25 000, aunque la mayoría de las estimaciones lo “reducen” a 7 000, de los que unos 200, descendientes del rey Abdelaziz bin Saud,ostentarían casi todo el poder e influencia.

La sucesión de los Saud: poder y sangre

A Ibn Saud le sucedió su hijo mayor con vida, Saud, que tuvo también muchas esposas e hijos.
Desde entonces, las reglas de sucesión dinástica prevén la transmisión del poder a hermanos, y luego a hermanastros. El heredero debe ser confirmado por el consejo de familia. Una ley que ha llevado a la actual gerontocracia.

Saud fue derrocado y forzado al exilio por su hermano menor, Faisal, que reinó de 1964 a 1975. Su golpe de estado fue apoyado por gran parte de los príncipes de la familia, enriquecidos por el petróleo, y deseosos de proteger su fortuna de lo que consideraban la completa incompetencia del entonces monarca.

A su vez Faisal fue asesinado por un sobrino, que fue decapitado en la plaza pública de Riad.

Le sucedió otro hijo de Ibn Saud, Jalid. Luego otro más, Fahd.
En 2006, Abdalá fue el quinto de los hijos de Ibn Saud en llegar al trono.
Al sucesor de Abdalá, Salman, en el poder desde este viernes, le sucederá su mediohermano Muqrin, de 69 años. Se prevé que después de este el trono pase por fin a otra generación, la de su sobrino Mohamed bin Nayef que, por cierto, ya tiene 55 años.

Petróleo y estabilidad

En 1937 cerca de Dammam, topógrafos estadounidenses descubrieron inmensas reservas de petróleo. Antes de este hallazgo, muchos miembros de la familia estaban en la miseria. El petróleo, del que Arabia Saudí es primer productor mundial, convirtió al país en una pieza fundamental del mapa geoestratégico mundial. Actualmente cuenta también con grandes reservas de hidrocarburos.

Dentro de los intereses de la familia siempre estuvo preservar la estabilidad de la región y eliminar los elementos extremistas. Por ello, aceptó el despliegue de tropas estadounidenses en su territorio tras la invasión iraquí de Kuwait en 1990.
Tras los atentados del 11 de septiembre, en 2003, varios terroristas suicidas con supuestos vínculos con Al Qaeda mataron a 35 personas en Riad. Las fuerzas saudíes detuvieron a miles de personas.

Sin oposición

La dinastía saudí prohíbe los partidos políticos y la oposición está establecida en el extranjero.
Su rechazo a tolerar cualquier tipo de oposición ha fomentado el crecimiento de grupos disidentes, como el propio Al Qaeda, que se benefició del resentimiento contra el papel de Estados Unidos en Oriente Medio.
Miembros de la minoría chií, que constituyen una mayoría en las provincias del este, ricas en crudo, exigen cada vez más el respeto por los derechos civiles de la población.

Las mujeres, entre las más oprimidas del mundo

Arabia Saudí ocupa el puesto número 131, entre 135 países, en el último Informe sobre disparidad de género del Foro Económico Mundial, publicado en 2012.

Las súbditas de los Saud, obligadas a ocultar rostro y cuerpo, están sometidas a la custodia de un varón, que puede ser el padre, el marido, el hermano, el hijo o, en su defecto, otro varón de la familia. Sin su autorización no pueden – entre otras muchas cosas – trabajar, viajar al extranjero, conducir o ser intervenidas quirúrgicamente.

A pesar de que son mayoría en las Universidades, solo el 10% trabaja.

Internet y las redes sociales han supuesto para ellas un gran revulsivo. Gran parte de las jóvenes se niegan a continuar cumpliendo con el papel impuesto por tradición y religión, y se preparan para que la situación dé un vuelco en los próximos años. Si el rey Salman y familia lo permiten.

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