Las candidatas al Óscar a la mejor película de habla no inglesa y mejor película de animación presentan su trabajo en Los Ángeles.
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Los directores candidatos al Óscar a la mejor película de habla de no inglesa han presentado su trabajo en Los Ángeles.
La cinta polaca ‘Ida’ es la favorita. Ya ha triunfado en los Bafta británicos, los Goya españoles y los Premios de Cine Europeos.
‘Ida’ cuenta la historia de una novicia, que antes de tomar los hábitos, descubre el pasado de su familia, de la mano de su tía, en una fría Polonia de los años 60.
La polémica película rusa ‘Leviathan’, que se impuso a ‘Ida’ en los Globos de Oro, también compite por el Óscar.
“Cuando haces una película, sólo tienes un temor, si lograrás hacer todo lo que quieres”, ha declarado el director de ‘Leviathan’, Andrey Zyvaginstsev.
Cuenta la historia de un hombre corriente al que un sistema corrupto pone entre la espada y la pared. En Rusia se estrenó una versión retocada, sin palabras malsonantes.
Optan también al premio a la mejor película extranjera, la argentina ‘Relatos Salvajes’, la estonia ‘Tangerines’ y la mauritana ‘Timbuktu’. Al igual que en el caso estonio es la primera vez que una cinta de Mauritania compite por un Óscar.
‘Timbuktu’ habla de la toma de la ciudad de Tombuctú, en el desierto de Mali, por fundamentalistas islámicos, en 2012. Anoche arrasó en los premios César de la Academia de Cine Francesa, ganando, entre otros, el de mejor película y mejor director, para Abderrahmane Sissako, que se convirtió en el primer africano en lograrlo.
Se inspiró en la historia real de una pareja condenada a morir lapidada, acusados de mantener relaciones sexuales sin estar casados.
También presentaron su trabajo en Los Ángeles las cinco nominadas al Óscar a la mejor película de animación. Son la japonesa ‘El cuento de la princesa Kaguya’, ‘El sonido del mar’, basada en la mitología celta, la segunda entrega de ‘Cómo entrenar a tu dragón 2’, ‘Grandes héroes 6’, producida por Walt Disney, y ‘The Boxtrolls’, una fábula, en 3D, que se desarrolla en la época victoriana, en una ciudad cuya principal preocupación es el lujo.