Una expedición de arqueólogos ha hallado en la selva de Honduras los restos de una ciudad perdida que podría corresponder a la legendaria ciudad
PUBLICIDADUna expedición de arqueólogos ha hallado en la selva de Honduras los restos de una ciudad perdida que podría corresponder a la legendaria ciudad blanca también llamada ciudad del mono.
El descubrimiento, que ha sido publicado en National Geographic, pone de manifiesto que los restos pertenecen a una cultura desaparecida y poco estudiada a la que todavía no han asignado un nombre.
El equipo de investigadores también descubrió un importante número de esculturas de piedra. Se calcula que existen muchas más debajo de la tierra, que incluyen asientos de piedras con figuras talladas como serpientes o buitres.
De acuerdo con el arqueólogo Christopher Fisher, de la Universidad Estatal de Colorado, la zona descubierta está “intacta, algo que es increíblemente raro”.
La tecnología láser ha sido fundamental en el descubrimiento de este legendario asentamiento. Los científicos sobrevolaron la región en avión, disparando miles de millones de pulsos láser en el suelo. De esta forma crearon un mapa digital en 3D de la topografía debajo del dosel de la selva.
Las ruinas fueron identificadas por primera vez en mayo de 2012 durante un reconocimiento aéreo de un remoto valle en La Mosquitia , una vasta región de pantanos, ríos y montañas que contienen algunos de los últimos lugares inexplorados científicamente en la tierra.
Desde la década de 1920, varias expediciones se habían llevado a cabo para dar con el paradero de la mítica ciudad blanca
El explorador Theodore Morde protagonizó la búsqueda más famosa en 1940, bajo el amparo del Museo del Indio Americano, pero nunca reveló su paradero por miedo a que saquearan la ciudad.
Los científicos consideran que La Mosquitia alberga muchas de ‘ciudades perdidas’, que en conjunto representan algo mucho más importante: toda una civilización perdida.
Have archaeologists discovered the 'Lost City of the Monkey God?' http://t.co/X18qzBUF5b
— Nat Geo PR (@NatGeoPR) marzo 4, 2015