La visita de Hollande a Cuba llega en un momento estratégico con el proceso de apertura en ciernes y todo un futuro por delante. Ya sea en el ámbito
La visita de Hollande a Cuba llega en un momento estratégico con el proceso de apertura en ciernes y todo un futuro por delante. Ya sea en el ámbito cultural, como en el económico o el de las telecomunicaciones, el país caribeño es un nuevo mercado que en pocos años podría experimentar un tremendo cambio. Lo saben los cubanos y también los grandes empresarios que acompañan al presdiente galo.
“Creo que esta visita es muy importante”, explica un cubano en las calles de La Habana, “es una buena noticia, para nuestro país y para Francia. Es bueno que haya un diálogo entre gobiernos”
“Me están gustando mucho los cambios que se están produciendo”, añade otra mujer, “y el intercambio cultural que vamos a vivir, porque nos abre nuevas puertas. Todo contribuirá positivamente en la percepción del mundo que tendrán nuetros jóvenes”.
Actualmente, el intercambio económico de Francia con Cuba apenas llega a los 180 millones de euros, un flujo muy inferior al que la isla mantiene con otros socios europeos, como España o Italia.
“El presidente francés visita un país donde la población comienza a estar esperanzada de cara al futuro”, explica nuestro enviado especial, Stefan Grobe. “La gente quiere teléfonos móviles, internet y una oportunidad económica. El objetivo de François Hollande es asegurarse de que Francia y Europa ocuparán un lugar preferente cuando la apertura de Cuba sea total”, concluye.