La eterna Palmira ha caído está en manos de los yihadistas del autodenominado Estado Islámico. Después de una semana de intenso asedio, las tropas de
PUBLICIDADLa eterna Palmira ha caído está en manos de los yihadistas del autodenominado Estado Islámico.
Después de una semana de intenso asedio, las tropas de Bachar al Asad se han retirado tanto de la localidad moderna como de la parte antigua y monumental.
Una derrota que no solo ha provocado la muerte de al menos 462 personas. También ha supuesto el inicio de una “batalla mundial” para impedir el contrabando y la destrucción de este tesoro arqueológico, como advierte el director general de Antigüedades y Museos de Siria, Maamoun Abdul-Kareem.
Situada en un oasis, Palmira fue en los dos primeros siglos de nuestra era uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda.
Además de esta importante ciudad, el grupo Estado Islámico controla la mayor parte del desierto central del país. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la organización radical se extiende a lo largo de 95.000 kilómetros cuadrados. O lo que es lo mismo, controla más de la mitad del territorio sirio.
Prueba de ese fulgurante avance realizado en menos de un año es que los yihadistas tienen en su poder la mayoría de los campos de gas del país.