El Gobierno rumano vuelve a sobrevivir a una moción de censura gracias a su holgada mayoría

La misma mayoría parlamentaria que rezachó, hace tres días, la petición de la Fiscalía Anticorrupción de que levantase la inmunidad al primer ministro, bajo investigación por blanqueo de dinero y evasión fiscal, entre otros delitos.

Victor Ponta ha dicho que solo unas elecciones podrán tumbar al Gobierno. Mientras tanto, en las calles, las protestas no cesan.

“Queremos que Victor Ponta dimita, hay cargos de corrupción contra él y él mismo dijo que si fuera acusado dejaría el cargo, pero no lo quiere hacer, esa es una de las razones por las que hemos salido a protestar”, comenta un rumano.

“Ese Parlamento no nos representa, no es limpio, el Gobierno tampoco lo es y vamos a seguir manifestándonos hasta que los políticos entiendan nuestras demandas”, explica otra ciudadana.

Y de las calles a las altas esferas del poder, el presidente rumano, el conservador Klaus Iohannis, ha pedido a Pontas que dimita para evitar que el clima social empeore. El primer ministro no es el único miembro del ejecutivo implicado en casos de corrupción que centran el debate político y social, actual, en Rumanía.