Es una búsqueda interminable; en parte, porque nadie sabe cuántos cuerpos hay enterrados bajo las montañas colombianas. Miembros del ejército y
Es una búsqueda interminable; en parte, porque nadie sabe cuántos cuerpos hay enterrados bajo las montañas colombianas. Miembros del ejército y antiguos rebeldes de las FARC, ahora encarcelados, intentan localizar los restos de los desaparecidos que han dejado más de cincuenta años de conflicto. Los presos esperan así obtener reducciones en sus condenas. La colaboración se ha intensificado desde que las FARC decretaron una tregua el pasado 9 de julio. El gobierno cree que hay 52.000 cadáveres disperos por la selva, pero los forenses no dudan de que hay muchos más.
“Si tomamos como ciertos los 50.000 desaparecidos contabilizados por el gobierno”, explica Álvaro Polo, director de excavaciones de la oficina del fiscal general en Bogotá, “yo diría que con los nuevos testimonios de los presos esa cifra se podría disparar hasta los 70.000 u 80.000 cuerpos. Probablemente habrá un 20 o un 30% más de víctimas de las que creen las autoridades”.
La búsqueda es compleja porque el conflicto ha involucrado a numerosos grupos armados a lo largo del último medio siglo. Y porque quienes enterraron a una parte de las víctimas ya no están con vida. Desde 2007 se han recuperado 11.000 cadáveres, pero no todos han podido ser identificados. El conflicto que vive Colombia es uno de los más sangrientos registrados en Sudamérica. Se estima que más de 220.000 personas han muerto desde que estalló.