Miles de manifestantes sitian la sede del gobierno libanés en Beirut al grito de “¡apestáis!”. Por segundo día consecutivo, las fuerzas
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Miles de manifestantes sitian la sede del gobierno libanés en Beirut al grito de “¡apestáis!”. Por segundo día consecutivo, las fuerzas antidisturbios han tenido que intervenir para disolver a la muchedumbre que protestaba por el deficiente servicio de recogida de basuras en la capital del país. Decenas de personas han resultado heridas, incluyendo efectivos policiales. El sábado, otra manifestación similar acabó con casi un centenar de personas hsopitalizadas.
Entre tanto, el primer ministro, Tammam Salam ha amenazado con dimitir por la parálisis que sufre el ejecutivo debido al bloqueo que ejerce la oposición parlamentaria, presionada a su vez por Siria e Irán. Si Salam deja su cargo, Líbano entraría en una peligrosa crisis constitucional, ya que para reemplazar a su gobierno habría que designar un gabinete interino que sólo puede nombrar el presidente. Pero la Jefatura del Estado está vacante desde hace más de un año.
La crisis de la basura comenzó hace un mes con el cierre del vertedero de Naame y afecta, sobre todo, a las regiones de Beirut, Monte Líbano y al centro del país.