Funcionarios y miembros del gobierno han podido ejercer ya su derecho al voto ante la atenta mirada de la misión de observadores enviada por la Unión
PUBLICIDAD
Funcionarios y miembros del gobierno han podido ejercer ya su derecho al voto ante la atenta mirada de la misión de observadores enviada por la Unión Europea al país asiático.
Este domingo cerca de 30 millones de birmanos están llamados a las urnas en las primeras elecciones celebradas bajo un Gobierno democrático desde hace más de cinco décadas.
La líder opositora, Aung San Suu Kyi, no podrá convertirse en presidenta de la antigua Birmania ya que la Constitución inhabilita a los candidatos que tengan pareja o hijos extranjeros. Desafiante, la premio nobel de la paz ha asegurado que en caso de victoria de su partido, la Liga Nacional para la Democracia, dirigirá el gobierno.
La última junta militar birmana se disolvió en marzo de 2011 dando paso a un gobierno civil.
Desde entonces Myanmar, la antigua Birmania, ha experimentado un aumento de las libertades, aunque la Carta Magna sigue manteniendo el derecho a veto de los militares que, por ley, disponen del 25% de los escaños del Parlamento.
Varias organizaciones de derechos humanos han denunciado la negativa a enmendar la Constitución y la marginación que sufre la minoría musulmana, arrinconada por el fundamentalismo budista.