Saleh Al-Jabali, de 28 años, recibía este viernes un último adiós en la pequeña ciudad de Bena Abu Nseer. Los rezos a Alá fueron de la mano de los
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Saleh Al-Jabali, de 28 años, recibía este viernes un último adiós en la pequeña ciudad de Bena Abu Nseer. Los rezos a Alá fueron de la mano de los gritos contra un terrorismo del que Egipto también ha sido víctima recientemente.
Miles de ciudadanos se han sumado al dolor de los familiares y amigos. Saleh Al-Jabali tan sólo trataba de ganarse la vida en Francia, como recuerda un amigo suyo.
“Fuimos a Francia con el fin de trabajar y elegimos París en concreto. Estuve allí con él varias veces, y te puedo decir que era una persona muy buena y que no tenía nada que ver con ningún problema”.
“El autor de estos ataques no es un ser humano”, dide por su parte el imán de la ciudad. “Se trata de un ataque terrorista contra personas inocentes que no tienen la culpa de nada. Los tiroteos y las bombas no tienen nada que ver con ninguna religión. Estos terroristas tendrán que ponerse delante de Dios y pagarán por lo que hicieron, así lo creemos los islámicos”.
Saleh Al-Jabali no es la única víctima musulmana de los ataques de París. Mujeres y hombres de Argelia, Túnez o Marruecos también fueron asesinados por el grupo Estado Islámico.
“Escenas de ira, tristeza y denuncia se repiten constantemente en este pueblo desde el asesinato del joven egipcio en los ataques terroristas de París”, concluye nuestro corresponsal Mohammed Shaikhibrahim. Unos atentados sangrientos que no hicieron distinciones entre personas de diferentes religiones”.