Esta fragata de la Marina francesa que surca el Mediterráneo, tiene un único objetivo: detener y desmantelar las redes de contrabando. A bordo hay
Esta fragata de la Marina francesa que surca el Mediterráneo, tiene un único objetivo: detener y desmantelar las redes de contrabando. A bordo hay casi 200 miembros de tripulación y un helicóptero listo para despegar en cualquier momento hacia la costa libia.
A las cuatro de la mañana, un comando intenta a identificar las embarcaciones de contrabandistas gracias a fuerabordas extremadamente rápidas. La discreción es esencial en el proceso.
Tres han captado la atención del comando. En cuanto sale el sol, el helicóptero despega de la fragata Courbet y sobrevuela una embarcación de inmigrantes. La marina italiana se hará cargo de los pasajeros, pero los contrabandistas han huido.
Ya cerca de las aguas territoriales libias, los militares franceses intentan averiguar más datos subiendo a bordo de la embarcación abandonada que no habría podido llegar nunca a las costas italianas. Buscan teléfonos móviles, o cuadernos con anotaciones. También medicamentos para saber si ha habido diferentes enfermedades a bordo.
No ha habido suerte y no han conseguido pruebas sólidas contra los contrabandistas, pero su misión no ha terminado. Además patrullar en esta zona implica otros peligros. El riesgo terrorista es una lancha rápida, plagada de explosivos que se estrelle contra el casco o un ataque con lanzacohetes, por ejemplo.
Además de Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania y España participan en la misión conjunta de la UE como respuesta a las acusaciones de pasividad e indiferencia ante el drama de la inmigración.