A la mafia de Calabria no le gusta el fútbol sala femenino

Locri, una pequeña localidad de 13.000 habitantes al sur de Italia, cuna de la Ndrangheta, la rama más poderosa del crimen organizado, podría por una vez dar que hablar por algo tan positivo como que las jugadoras del Sporting Locri han quedado quintas en la liga nacional.

Pero la realidad es que la mafia no controla el éxito del modesto equipo y así lo han trasmitido Ferdinando Armeni, presidente del club Sporting Locri:
“En la puerta trasera de mi coche, donde suele sentarse mi hija pequeña había un mensaje en el que podía leerse… ¿quién suele sentarse aquí? A algunas chicas se les han acercado durante su tiempo libre tres hombres. ¿Cómo puedo saber si esos chicos estaban solo intentando llamar la atención de las chicas, o si realmente tenían intenciones diferentes? No puedo vivir en el miedo, en el constante temor de que le pase algo a alguien”.

La decisión de poner fin a la actividad del club con un mensaje en su página en internet ) donde puede leerse “Cerrado por Dignidad”) ha generado reacciones de solidaridad, y el compromiso de las autoridades locales de proteger su seguridad.

El 10 de enero, cuando está previsto que jueguen su próximo partido, se sabrá si ha ganado la mafia imponiendo su veto sobre lo que no pueden controlar.