El estallido de la tensión entre suníes y chiíes en distintos países de Oriente Medio a raíz de la ejecución del clérigo chií Nimr Baqir al Nimr en
PUBLICIDADEl estallido de la tensión entre suníes y chiíes en distintos países de Oriente Medio a raíz de la ejecución del clérigo chií Nimr Baqir al Nimr en Arabia Saudí preocupa a los líderes europeos. Tradicionales aliados del régimen saudí, al que muchos venden armas y compran petróleo, los mandatarios europeos han pedido calma a todas las partes implicadas. El primer ministro británico, David Cameron, explicaba su posición:
- “Queremos que haya estabilidad en Oriente Medio. Queremos ver buenas relaciones entre los distintos países de Oriente Medio. Entre otras cosas porque será esencial para resolver la crisis en Siria, que es la fuente de tantos problemas”.
Desde Berlín también se siguen los acontecimientos con indisimulada preocupación. Adrian Toschev, el portavoz del ministro alemán de Economía, ha vertido una velada amenaza contra el régimen saudí:
- “Los últimos acontecimientos en Arabia Saudí son alarmantes. Como dijo el portavoz del Gobierno, Alemania se opone estrictamente a la pena de muerte. Estamos revisando lo ocurrido en relación con nuestras exportaciones de armamento”.
Rusia, que no hace mucho se felicitó por ver a iraníes y saudíes luchar contra el Dáesh, ha condenado los ataques a las legaciones diplomáticas de Arabia Saudí en Irán. En una nota difundida por el ministerio de Exteriores, Moscú hace un llamamiento a ambos países a que superen sus diferencias mediante el diálogo y se ofrece a ejercer de mediador en la medida de lo posible.