Muchas preguntas sin resolver, un día después de la avalancha registrada en los Alpes franceses en la que tres personas perdieron la vida. Los
PUBLICIDADMuchas preguntas sin resolver, un día después de la avalancha registrada en los Alpes franceses en la que tres personas perdieron la vida.
Los fallecidos son dos escolares franceses y un turista ucraniano que fueron sorprendidos por el alud en una pista negra cerrada a los esquiadores.
Todo apunta a que se trató de una trágica imprudencia que ha vuelto a cuestionar la libertad para esquiar fuera de pista.
“Es una cuestión de libertad individual, de la responsabilidad de cada uno. No creo que se pueda controlar todo. A veces lo comparo con los límites de velocidad que están establecidos pero hay gente que conduce a 180 kilómetros por hora en la autopista”, responde Didier Bobillier, director de la estación Deux Alpes, escenario de la tragedia.
El miércoles en esta estación del departamento francés de Isère, el riesgo de avalancha era de nivel tres en una escala de cinco.
“El cielo estaba azul y daban ganas de esquiar. A veces se compara con el mar pero, en realidad, es al revés. Cuando el mar está peligroso se embravece y da miedo. Pero la montaña muchas veces, cuando está toda blanca y hace bueno, puede parecer segura, pero el peligro está ahí”, explica Eric Arnol, monitor de esquí.
Este jueves el riesgo de avalancha se ha elevado a cuatro, el nivel más alto en el que se puede esquiar. Si se llega al nivel cinco, se cierran las estaciones. “No tengo miedo. Si vas a una pista cerrada, lamentablemente esos son los riesgos. Así que es mejor quedarse en las pistas que estén abiertas”, asegura este turista inglés.
La avalancha arrastró principalmente a un grupo de estudiantes de un instituto de Lyon, en el este de país.
El profesor que les acompañaba, herido en el accidente, se encuentra en detención preventiva por homicidio involuntario.