Fanny Klein, una joven francesa de veinte años estaba en el aeropuerto de Bruselas la mañana de los atentados. Herida por la explosión sufre
Fanny Klein, una joven francesa de veinte años estaba en el aeropuerto de Bruselas la mañana de los atentados. Herida por la explosión sufre quemaduras en manos y cara. Está conmocionada pero intenta antener el ánimo en un hospital de Antwerp. Su testimonio:
“No tuve ni siquiera tiempo de dar un vistazo a mi alrededor porque acababa de llegar a la fila de embarque. De pronto ese enorme ruido. Creí que era el fin del mundo en un segundo. Caí al suelo. Había ceniza por todos lados, todo era de color gris, estaba recubierta de restos marrones, olía a quemado. Me levanté y salí fuera lo más rápidamente posible.
Me decían que estaba quemada, pasé por un espejo y me ví a medias, quemada, pero no quise fijarme mucho. Ayer lloré un poco, no mucho porque si no me voy deshidratar”.
Fanny iba a coger un avión para Estados Unidos, y lo hará, en cuanto se recupere.
