Miles de personas han vuelto a salir a las calles de todo el país en un ambiente de creciente crispación.
PUBLICIDADMiles de personas han vuelto a salir a las calles de todo el país en un ambiente de creciente crispación. Protestas que se suman a la escasez de combustibles y al bloqueo en puertos y refinerías.
“Según se acerque la Eurocopa van a ir apareciendo divisiones gubernamentales. No podemos llevar dos meses y medio de movilizaciones, una octava jornada de huelga interprofesional, paros que se renuevan en sectores clave e imaginar que la Eurocopa se desarrolle sin petróleo, sin coches, sin transporte e incluso sin luz”, declara Olivier Besancenot, líder del Nuevo Partido Anti Capitalista.
En París y en otras ciudades francesas las marchas han acabado en enfrentamientos con la policía. Cerca de 70 personas han sido detenidas en todo el país.
En la habitual guerra de cifras, las autoridades aseguran que unas 150.000 personas han participado en las protestas; 300.000 según los organizadores.
Los sindicatos aseguran que no cederán hasta lograr que se retire totalmente un proyecto de reforma que consideran una vuelta al siglo XIX.
Frente a las voces en el seno del Gobierno francés que apuestan por replantear el artículo más polémico de la reforma, el primer ministro, Manuel Valls, ha admitido la posibilidad de introducir algún cambio pero sin modificar “la filosofía general del texto”.
Un pulso que cuenta con una fecha clave en el horizonte: el inicio de la Eurocopa de fútbol, el próximo 10 de junio en París.