El 24 de junio de 2016 pasará sin duda a la historia del Reino Unido: fue el día del divorcio de la UE y el día en que la frágil paz entre los conservadores británicos saltó por los…
PUBLICIDADEl 24 de junio de 2016 pasará sin duda a la historia del Reino Unido: fue el día del divorcio de la UE y el día en que la frágil paz entre los conservadores británicos saltó por los aires.
Una detonación espectacular, con un escenario digno de una tragedia de Shakespeare con su lote de pequeñas y grandes traiciones entre amigos.
Todo comenzó con la campaña oficial de los partidarios del Brexit. El tándem Johnson-Gove se repartió bien los papeles: el campechano exalcalde de Londres, puso la cara y procuró muchos titulares, y su examigo y compañero de la Universidad de Oxford, el cerebro.
El triunfo del “Brexit” fue el tiro de gracia para David Cameron, traicionado por Michael Gove, que se había negado a participar en la campaña del primer ministro para quedarse en la UE.
David Cameron:
“Los británicos han dejado clara su decisión de tomar otro camino. Creo que no sería correcto que intentase ser el capitán que dirige a nuestro país a su próximo destino”.
Todas las miradas se volvieron entonces hacia Boris Johnson, que al sumarse a la campaña del Brexit tras muchas dudas y en el último momento, había dejado clara su ambición de llegar al 10 de Downing Street. El dream team seguía estando de actualidad: públicamente, el titular de Justicia apoyaba al favorito oficioso para sustituir a Cameron
Pero en realidad, había más de lo que se veía. Un correo electrónico de Sarah Vine, columnista en Daily Mail y mujer de Michael Gove, cambió radicalmente el curso de los acontecimientos. En el correo, dirigido a un amigo y misteriosamente filtrado masivamente, la periodista, a quien ahora llaman Lady McGove, ponía en entredicho la capacidad de Johnson para ocupar el cargo de primer ministro. El bombazo llegó cuando se suponía que el exalcalde de Londres iba a anunciar su candidatura a suceder a Cameron:
Boris Johnson:
“Debo deciros, amigos, que después de consultarlo con colegas he decidido que esa persona no puedo ser yo.”
La prensa resumía con la frase Anarquía en el Reino Unido la rocambolesca trama de intrigas políticas y traiciones. Lo cierto es que el país está dando sus primeros pasos fuera de Europa sin una visión clara de cómo va a funcionar en la práctica el “Brexit” y sin líderes, porque los conservadores no son los únicos en plena implosión. El líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, perdió este martes una moción de confianza a la que fue sometido por su grupo parlamentario. Una medida que no tiene carácter vinculante con la que sus correligionarios le castigan por lo que consideran “su débil defensa de la Unión Europea durante la campaña del referéndum”.