La Cumbre del Clima de París, la COP21, supuso un avance en la lucha contra el cambio climático.
PUBLICIDADLa Cumbre del Clima de París, la COP21, supuso un avance en la lucha contra el cambio climático. ¿Qué nos depara la COP22 de Marrakech? Eso es, precisamente, lo que se está discutiendo en Viena, durante la vigésimo séptima sesión anual en el Fórum de Crans Montana.
Quién mejor para darnos una pista sobre lo que podemos esperar de la COP22 que la anfitriona de la conferencia de Marrakech, la ministra marroquí de Medioambiente, Hakima el Haité:
“Muchas veces escuchamos decir que el cambio climático es un problema de las futuras generaciones. Eso es un error. El cambio climático es un desafío de nuestro siglo, un problema al que se enfrentan muchos pueblos que están sufriendo ya, día a día, las consecuencias del cambio climático.”
Marruecos se ha implicado a fondo en las energías verdes. Para desprenderse de su dependencia a las energías fósiles ha incluido la transición hacia las energías renovables en la Constitución en 2009. No se trata simplemente de palabras vacías, el trabajo de la Agencia Marroquí de Energía Solar es un claro ejemplo.
“Marruecos muestra su ambición a la hora de desarrollar las energías verdes puesto que se ha fijado como objetivo para 2030 una cuota del 52% en energías renovables”, asegura Obaid Amrane, miembro del comité directivo de la Agencia de Energía Solar.
En el centro de esta revolución verde está el proyecto NOOR, un grupo de cinco plantas de energía solar con una capacidad de 2 gigavatios. La primera fase, NOOR 1, fue inaugurada en febrero de 2016. La planta incorporó un sistema de almacenamiento en sales fundidas que le permitirá producir electricidad en ausencia de radiación solar con una capacidad de almacenamiento de tres horas. Las fases Noor II y III aumentarán esta capacidad a siete horas.
Marruecos, también, está invirtiendo en plantas eólicas y centrales hidroeléctricas aunque todos estos esfuerzos no serán suficientes.
“Este esfuerzo de un país del sur poco contaminante en términos de gases a efecto invernadero conlleva, en paralelo, una política de eficacia energética: queremos producir el 20% de la energía que consumimos, alcanzar ese objetivo de eficiencia energética para 2030. La industria, el transporte, la construcción, las obras públicas, la agricultura … esta voluntad concierne a todos los sectores. Para seguir siendo fieles a esta coherencia energética, aplicamos, también, una política de reducción de subvenciones a las energías fósiles, por etapas, puesto que hay consideraciones de orden social”, explica Said Mouline, director general de la Agencia Nacional para el Desarrollo de Energías Renovables y Eficiencia Energética (EDEREE).
El ejemplo marroquí inspirará a otros países presentes en la COP22 para que los logros obtenidos sobre el papel en París se traduzcan en acciones concretas.
“Queremos cambiar de dirección, pasar de las negociaciones a los actos, dejar atrás las meditaciones y comenzar a construir, pasar del debate a la acción”, remarca Hakima el Haité, ministra de Medioambiente.
Los estados no pueden lograr estos objetivos solos, afortunadamente, ciertos empresarios van un paso por delante, es el caso de Serhan Süzer, director ejecutivo de EKO Renewable Energy:
“En mi opinión, los países no deberían plantearse el tema diciendo, vamos a alcanzar tanto porcentaje de energías renovables para 2030 o 2050, u otra fecha. Lo que deberían decir es cuándo van a conseguir el 100% de energías renovables, qué año. Deberían fijar la fecha y comprometerse a ello, todos deberíamos trabajar para alcanzar este objetivo.”
Veremos los resultados de la COP 22 después del 7 de noviembre.