Los franceses viven conmocionados el día después de la matanza de Niza, mientras se siguen recogiendo pruebas en el lugar de los hechos.
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Los franceses viven conmocionados el día después de la matanza de Niza, mientras se siguen recogiendo pruebas en el lugar de los hechos. La mayoría de las miles de personas que asistían a las celebraciones del catorce de julio en esta ciudad de la Costa Azul tienen su propia y terrible versión de los hechos.
“Vimos un camión bajando por el paseo, probablemente a 50 o 60 kilómetros por hora, circulando en zig zag”, cuenta este ciudadano británico. “No sabíamos qué hacer, dimos la vuelta como hacía todo el mundo. Estaba muy cerca de nosotros, por lo que decidí saltar por encima del muro del paseo, aterricé en el cemento, que estaba más lejos de lo que había calculado. Me hice daño en la muñeca, pero tuvimos mucha suerte”.
World unites in horror at Nice carnage, backs France: https://t.co/ph2liDNIJs #NiceAttack pic.twitter.com/toKBjg9977
— Reuters Top News (@Reuters) 15 de julio de 2016
Solidaridad mundial por lo ocurrido en Niza
El vestíbulo del lujoso hotel Negresco, en el mismo paseo de los Ingleses, se convirtió en refugio y punto de encuentro de heridos y testigos aterrorizados.
“El Hotel Negresco detrás mío, uno de los símbolos más importantes de riviera francesa, chic y vacacacional, fue testigo anoche de un indescriptible horror. El lugar continúa acordonado por la policía, que meticulosamente recoge pruebas del ataque que se ha cobrado más de ochenta vidas, y probablemente, ha cambiado este lugar para siempre”.