La retórica anti-islámica de algunos políticos ha sido la pólvora de las balas con las que fueron asesinados el sábado un imán y su asistente en Nueva York.
La retórica anti-islámica de algunos políticos ha sido la pólvora de las balas con las que fueron asesinados el sábado un imán y su asistente en Nueva York. Es lo que denuncian los líderes de la comunidad musulmana neoyorquina, una comunidad conmocionada por la muerte Maulama Akojee, imán de una mezquita frecuentada por fieles bangladesíes, y su ayudante Tharam Uddin.
Para algunos de sus miembros, la semilla del odio tiene nombre y apellidos: “Este es el resultado final de la maldad del discurso de aquellos líderes que como Trump o Giuliani proyectan el Islam y a los musulmanes como si fueran el enemigo”, se lamentaba un hombre.
- “No hace falta ser un musulmán, no es necesario ser una persona de una determinada fe, sólo hay que ser una persona de conciencia”, afirma Afaf Nasher, del Consejo de relaciones islámico-americanas. “Imagine que su padre es asesinado sin motivo. Utilice ese sentimiento para salir de su silencio, y, sobre todo, para decir esto a quienes tienen influencia dentro y fuera de la comunidad. Cada uno de nosotros tiene una responsabilidad”.
Las cámaras de seguridad grabaron a un hombre de pelo oscuro y complexión media que disparó al imán y a su ayudante por la espalda y sin mediar palabra. Mientras se le busca, la policía insiste en que nada permite afirmar que ambos fueran asesinados por ser musulmanes.
