La vuelta al cole en Francia ha sido este año bastante particular debido a la amenaza terrorista.
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La vuelta al cole en Francia ha sido este año bastante particular debido a la amenaza terrorista. En muchos centros, los padres no han podido pasar de la puerta. Un corto adiós, un beso y a clase. Seguridad obliga. No obstante, no todos los ayuntamientos han aplicado los preceptos del Gobierno con el mismo rigor, como señala el alcalde de Joinville-le-Pont, en el norte de Francia: “La conversación que mantuve con el director me ha mostrado que la ansiedad persiste y no tenemos la sensación de que las medidas tomadas por nuestros políticos estén siendo implementadas de la misma manera en todo el territorio. Eso es depende de los alcaldes”.
Entre las medidas propugnadas: controles de acceso sistemáticos y presencia de patrullas policiales y de la gendarmería en los alrededores de los centros. Algunos padres no han notado mucho los cambios. “La única diferencia es que no he podido entrar en el colegio, pero me digo a mí misma que eso es muy positivo porque así tampoco puede entrar ningún adulto desconocido”, dice una madre. “Si hay seguridad adicional, es muy discreta. Creo que para no estresar innecesariamente a nuestros niños. Creo que hay medidas de seguridad, pero no son muy visibles”, comenta otra.
París va a dedicar 50 millones de euros a reforzar las zonas más vulnerables de los centros escolares. Treinta mil reservistas de la Gendarmería fueron movilizados solo para esta vuelta al colegio.