Francia se ha erigido en contrincante frontal de la política de agresión de Rusia en Siria.
PUBLICIDADFrancia se ha erigido en contrincante frontal de la política de agresión de Rusia en Siria. Decidido a ponerle fin a la destrucción de Alepo, el jefe de la diplomacia francesa, Jean Marc Ayrault, ha endurecido cada vez más el tono con Moscú.
Siempre considerando a Rusia “un país socio, no un adversario” según sus propias palabras, no ha dejado de presionar diplomaticamente.
Tanto en Moscú el jueves pasado como la mañana siguiente en Washington al lado de John Kerry, Ayrault insiste: “Mañana será la hora de la verdad. Esa hora de la verdad llega para todos los miembros del Consejo de Seguridad: ¿Quieren o no quieren el alto el fuego en Alepo? Y la pregunta se dirige en particular a nuestros socios rusos; se lo he dicho ayer a Serguéi Lavrov”.
Y más presión, de nuevo, para que Rusia no haga valer su veto a la resolución francoespañola que imponga finalmente un alto el fuego. El mismo dia en la embajada francesa en Washington: “Se lo he vuelto a decir a Serguéi Lavrov en Moscú. Le he expresado mi inquietud y mi indignación y le he transmitido también mi esperanza en que Rusia no querrá ser cómplice de este drama terrible que dejara marcas en la historia de la humanidad. Así que tengo aún la esperanza de que la resolución sea votada”.
En vano. La confrontación diplomática entre Occidente y Rusia llegó a su apogeo en la noche del sábado: once de los quince miembros del Consejo de Seguridad apoyaron la resolución francesa … y Rusia la vetó.
Desde el 22 de septiembre los barrios rebeldes de Alepo sufren un diluvio de fuego vertido por el régimen de Damasco y su aliada Rusia. La batalla de Alepo podría ser decisiva en esta guerra que dura cinco años ya. El bombardeo contínuo no respeta nada; los hospitales son blanco repetido.
El lunes, Jean Marc Ayrault no escondió su frustración … algo que no le restó un ápice de determinación: “Hay crímenes de guerra, lo ha dicho el secretario general de Naciones Unidas y es una evidencia. Así que habrá que atribuir responsabilidades. Estamos en el marco de la ley internacional y está la Corte Penal Internacional”.
París quiere acudir a la CPI para abrir una investigación. Pero la CPI no tiene jurisdicción sobre Siria porque Damasco no se ha adherido a este tribunal internacional. El único camino posible sería a través del Consejo de Seguridad, donde Moscú, una vez más, sería el obstáculo.