El horror de los abusos físicos y sexuales cometidos durante décadas en el coro infantil de la catedral de Ratisbona va más allá de lo imaginado.
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El horror de los abusos físicos y sexuales cometidos durante décadas en el coro infantil de la catedral de Ratisbona va más allá de lo imaginado. De momento, 422 presuntas víctimas han dado su testimonio. Lo ha anunciado el obispo de la ciudad alemana de Ratisbona, Rudolf Voderholzerde, que ha instado a posibles víctimas a hablar.
Entre 1953 y 1992, en los dos internados ligados a este famoso coro católico se llevaron a cabo centenares de abusos a menores.
“Se ha hecho una concesión”, estimaba Alexander Probst, uno de los afectados, al ser reconocidos por la Iglesia católica como víctimas. “Ahora sé que puedo sentarme como socio igualitario de la diócesis y que estoy siendo respetado. Por lo tanto, no importa cuál será el resultado. Lo importante es que se ha hecho este reconocimiento”, señalaba.
Sólo uno de los supuestos agresores de los pequeños sigue vivo y será llevado ante la justicia.
Las víctimas deben recibir compensaciones de entre 5.000 y 20.000 euros, de aquí a finales de 2017.