Junio de 2014.
PUBLICIDADJunio de 2014. El ejército de Irak huye en desbandada de la ciudad de Mosul. Sufren una derrota sin paliativos.
La víspera, para sorpresa general, Mosul cayó sin oponer resistencia en manos de los yihadistas del llamado Estado Islámico. En su huída el ejército iraquí dejó un reguero de armamento pesado del que los islamistas se aprovecharon para hacer de la ciudad su feudo inexpugnable.
Estratégicamente situada en el norte de Irak, cerca de Turquía y de Siria Mosul es la capital de la provincia de Nínive rica en petróleo.
Con su millón y medio de habitantes es la segunda ciudad de Irak.
Pero decenas de miles de sus habitantes huyeron hacia Arbil en el kurdistán iraquí en cuanto los yihadistas tomaron la ciudad y se produjo la desbandada del ejército de Bagdad.
Uno de los soldados, Mohamed Hadi aseguraba: “Los primeros en huir fueron los mandos, abandonaron a la tropa. ¿Cómo pueden combatir unos soldados sin superiores? La ciudad iba a caer. Los oficiales son los culpables.”
La ciudad, de mayoría musulmana suní en una región de mayoría kurda albergaba numerosas minorías: kurdos, turcomanos, chiíes, cristianos.
La mayor parte de los cristianos se vieron abocados al ultimatum de los islamistas: convertirse al islam y pagar un impuesto especial o ser asesinado. La mayor parte de los que se quedaron eran árabes suníes.
Y es en Mosul donde los yihadistas del llamado Estado Islámico decidieron proclamar el 29 de junio de 2014 lo que llamaron un “califato” a caballo entre Siria e Irak. Impusieron la Sharia, la ley islámica rigorista.
Desde julio de 2014 los islamistas se han empleado a fondo para destruir mausoléos chiíes y santuarios. Los yihadistas dinamitaron la mezquita que albergaba la tumba del profeta Jonás y el santuario de Set, consierado el tercer hijo de Adán y Eva en la tradición judía, cristiana e islámica.
En febrero de 2015 los islamistas se filmaron destruyendo a mazazos los tesoros del museo de Mosul, especialmente los datados en los periodos asirio y heleno. Mosul, hace dos años en manos islamistas está situada frente a las ruinas de la antigua Nínive en la alta Mesopotamia.