China denuncia que hay un objetivo político oculto en la escala que realizará la presidenta taiwanesa en Estados Unidos en su gira por América Latina.
PUBLICIDADChina denuncia que hay un objetivo político oculto en la escala que realizará la presidenta taiwanesa en Estados Unidos en su gira por América Latina.
A raíz de la llamada de Tsai Ing-wen al presidente electo estadounidense Donald Trump el pasado viernes, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, manifestó el malestar de Pekín con el acercamiento entre la isla y la futura administración estadounidense: “Acercarse a la política de una sola China es necesario para que todas las partes desarrollen vínculos y lleven a cabo una cooperación mutua con China que sea beneficiosa.
Si respetan esta importante premisa política, la relación puede ser mejor y se puede llevar a cabo una cooperación que mejore poco a poco entre China y las grandes potencias”.
El domingo el presidente electo estadounidense usó la red social ‘Twitter’ para responder a las protestas de China, criticando la política monetaria del país asiático y las pretensiones territoriales del país.
Pero no todo es negativo. El gobernador del estado de Iowa, Terry Branstad, gran amigo del gobierno chino, aceptó el puesto que le encomendó Trump: será el nuevo embajador de Estados Unidos en China.